viernes, 27 de marzo de 2009

las canciones I




(Crujen)




Crujen como cruje tu voz



Tu voz, un papel arrugado que olvidaste en la lluvia, mis manos que abriendo este papel endurecido lo renacen.
Tu voz crujiendo estira los brazos como un genio mínimo, gato que se despereza en mis oídos conmovidos, a punto de romper a llorar.




las hojas del otoño son copos de maíz en un plato gigante


no tengo ventanas, pero imagino o recuerdo un árbol imponente dejando unas hojas majestuosas, color de pez dorado u ojos de bestia, volando así, meciéndose hasta el suelo. En el suelo el pasto, y alguna piedra gris como esa nube que avanza, nave, desde el horizonte curvo, mujer, de las sierras verde inglés.




cada segundo para mí es egoísmo puro



me enrollo sobre mí, invento un trazo que va desde vos hasta mis dedos. De mis uñas, un hilo finísimo de tinta traza un extraño itinerario, el derrotero de mis pasiones, una línea celeste brillantísima sobre un azul inmenso y nocturno, que recuerda vagamente a mi forma.




voy a salir para buscarte, para buscarme



las obviedades de un juego de palabras se vuelven impredecibles cuando el estribillo nos define.
una calle lleva a otra calle que lleva a otra calle.
y al final siempre regresamos a la misma puerta, atardecidos salmones tristes buscando vida arriba un lugar donde llegar.

martes, 17 de marzo de 2009

Esquinas porteñas I

Terrada y la vía. Una curva impensable, un recodo que rueda evitando el alambre tejido del caminito que corta hasta la plaza de la estación. Ahí crece un árbol viejo, un paraíso.
Desde mis primeras memorias en el barrio,cuando mi viejo me pasaba a buscar para llevarme al Tigre esos dos días de permiso paternal, la chapa del cartel que alguien clavó cruelmente,pavorosamente contra la carne verde e indefensa del tronco no deja de achicarse.
Una inmensa boca leñosa (la venganza del árbol) la va tragando y dejaba, ya ayer por la tarde, una línea azul finísima, desesperada, en el resquicio de la enorme sonrisa triunfal y constrictora de la madera viva.

viernes, 13 de marzo de 2009

te deshago y me miento
miguita de pan
crecés como una piedra
pesadísima
un asteroide
de metal helado
ardiendo.

los rituales paganos
del desapego
sacrificar un objeto banal
que alguna vez ungimos
con demasiado ardor

desterrar el acorde dominante
de tu nostalgia
exiliar de mis recuentos las horas de contarte
entre la multitud de lo que existe

pensarte en un avión,
una cama revuelta,
en una despedida de estación
pensarte en cualquier parte
que me excluya
dolorosamente.

sacarte para siempre
de todo lo que es mio o lo pretende,
olvidar con las manos y la lengua
con el olor del sexo, las axilas,

con la menta en el cantero,
hasta con el silencio
de la cabeza.

viernes, 6 de marzo de 2009

Princesa quiere matarme de tristeza.
Yo no la dejo, pero jode.
Y cómo.