lunes, 11 de mayo de 2009

todas las preguntas del mundo, I

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los árboles, tiernos por costumbre
desorientados por las siete sin escarcha
no saben qué hacer con tanta copa:
alternan entre verde y amarillo,
esperan el otoño y, por ser ellos
abandonan alguna que otra hoja.
Que dulzura de ver !
humildes barcos pardos
derivando en el agua de un cordón
que repite la luz de los cristales.



(se llamará todavía El Sol esta luz transparencia ?
el reloj de la sangre será este arco en el cielo
que deshilacha nubes, desandares de trenes ?
cadencia apenas en el silencio de los parques, y los pájaros.
latiendo, pesan más estos dos brazos que caen.
suave, el color horizonte,
eso otro que atardece.)



todo lo que se cruza se manifiesta
son eso las esquinas,
los vértices de un mundo que se encuentra con otro
y lo hace pertenencia de sí mismo.
lo más inteligente entra en la audacia
de mirar a ojos llenos ese río de voces
encontrar el matiz más volátil de lo propio
y saludarse como un viejo conocido
después de un largo viaje.

4 comentarios:

Mariela Palmeri dijo...

pero qué belleza, querido
este si me llegó a la médula
hasta la pepa misma del alma

tenía necesidad de encontrarlo por ahí
cómo anda?

Teodoradorna dijo...

ahora es mi turno de odiarte un poco, es una hermosura muy hermoseada,a flor de piel es eso y nada mas que eso.
guauuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu
fium chim pam pum,
aluciné, me fui vine y volvi.

Mariela Palmeri dijo...

hay segunda parte de estos textos?
o es para dejarnos en vilo y esperando nomás?

Teodoradorna dijo...

adhiero a la pregunta de la muchacha, es necesaria una segunda, una tercera una sinnumero